No sé porqué me hablas de sufrimiento si sólo conozco el placer.
El placer de verme, el placer de sentir.
El placer de moverme libremente entre un montón de compases.
Juego, brinco, salto y bailo; todo en un rítmico «1, 2, 3…» que a veces termina en «8» pero puede seguir y nunca terminar.
Lo mío es moverme, no me importa hablar, no quiero conversar; menos pensar, sólo quiero desaparecer en una melodía.
Desaparecer a todos y ser yo solo.
A mí no me duele nada, es sólo cuestión de saber sentir, y yo soy pura sensación, ¿no lo ves al andar?
Juego, brinco, salto y bailo; perdido en un bosque imaginario.
Yo soy Alicia, yo soy el sombrerero. También puedo ser la liebre, todo según el día y el momento.
Nací para no ser tomado en serio porque mi idea es desaparecer y desaparecer a todos.
Yo sólo quiero bailar. Bailar nada más.