¿Alguien recuerda mi nombre?
Yo recuerdo todos pero dudo que alguien sepa el mío.
Recuerdo risas, gestos, caricias y mal alientos.
Recuerdo sabores, vellos incómodos y detalles más.
El nombre siempre aunque es algo que no compete.
Pero ¿alguien sabrá mi nombre? Apodos y cariños
sobran pero no sé quién soy entre tanto halago.
Se me perdió la razón entre las carnes y el ego creció
entre tanto sudor. Por eso siempre memorizo todo,
es lo que me mantiene firme, aunque duela, aunque estruje.
Es mi pobre manera de amor propio.
«¿Alguien recuerda mi nombre?»
Me digo desde adentro y sigo sonriendo y lamiendo.